viernes, 22 de mayo de 2009

Los objetos

Puede que sea una tontería, pero estaba pensando hace un momento en el tema de las cosas en relación con nosotros, o nosotros en relación con las cosas, que éstas, aunque sean objetos considerados inertes, pueden estar impregnados de vida. Dejamos continuamente huellas en los objetos, dejamos impresas nuestras experiencias y pensamientos. Hay incluso cosas que usamos no siendo de nuestra pertenencia sino sólo por un espacio breve de tiempo, como en ocasiones son los libros que cogemos de las bibliotecas y con los cuales, por unos días, viajamos a lo largo de sus palabras, de sus historias o de sus imágenes, y pienso que en ese viaje también hacemos viajar al objeto hacia una nueva experiencia, dejamos nuestras impresiones en ellos, a veces son imperceptibles y otras veces no, a veces es el tiempo el que deja las marcas de la vida transcurrida en ese objeto y a veces somos nosotros los que dejamos algo de nuestra marca, desde un punto de vista físico están las huellas que muchas veces no se pueden percibir y desde otra perspectiva están las sensaciones compartidas o no, los pensamientos que ese objeto nos ha sugerido, las vivencias que se han compartido, quedan ahí de alguna manera esas impresiones, y dotan al objeto de una acumulación de vidas diferentes, que aunque desconocidas quedan guardadas para siempre como si se tratase de un baúl de secretos.

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